VEINTE AÑOS DE DESVENTAJA
cargado con toda intención
se arrastra mi beso y me aboca
a soñarte o pedirte perdón.
Solamente amé una vez
y es más que probable, tal vez,
que dos décadas perdidas
y mi insuperable estupidez,
ahora se sientan removidas.
A tu edad tan temprana
¡ya me decían a mí!
que tras veinte vueltas a la manzana
podrías aparecer por aquí.
Te siento tan cerca
y te veo tan lejos
que temo cada vez más
a mis enemigos… los espejos,
y a las manos de las que vas.
Dejarte querer me provoca
y dejarme soñar me ilusiona,
aunque la otra mitad de tu boca
mi nombre… ni lo menciona.
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