Con mi corazón en ayunas
analizan mi interior,
descubren la bajada de mi autoestima
y la subida de mi procesión.
No hay consuelo que consuele,
ni consejo que aconseje,
solo atrevidos que les duele
que los desaconseje y me queje.
Con la certeza incierta
y mi porvenir sin acomodar,
la única cosa cierta
es que me queda mucho por remar.
Solo ante mis recuerdos
y ante mi propia mirada,
despiertos siguen mis sueños
mientras viva mi corazonada.
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