LA TIMIDEZ
Cuando era
un niño jugaba
con su
mirada, y sufría
por qué mi
boca callaba
cuando su
corazón se abría.
Los
sentimientos se me agolpan
cada vez que
pienso en ella,
y mis
palabras me inculpan
por haber
sufrido mella.
¿Pero qué
puedo decir?
aunque la
siga pretendiendo,
mi falta de
valentía
me lleva a
seguir perdiendo.
¿Dónde se
encuentra el valor
que expulsa
la timidez
y permite al
acusador
que la
siente delante del juez?.
Sentencia
condenatoria
por
comparecer sin ser llamada
y por
retener a la oratoria
de manera
reiterada.
Quien calla
por no arriesgar
será siempre
un infeliz.
quien
arriesga por no callar
dejará de
ser aprendiz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario