CLUB DE NOCHE
La madame
presenta a sus chicas
en el usual
recorrido,
donde
exhiben posturitas
para
encender al gentío.
Acomodado
pide una copa,
se le acerca
una señorita,
que acariciando su ropa
se encariña
de su “manita”.
Regalándole
algunos besos
le promete
habilidosa
dulzura,
manos traviesas
y una hora
muy fogosa.
A la suite
suben los dos,
y
enseñándole su negocio
de pronto le
viene la tos
observando
su “parque de ocio”.
Lo invita a
pasar al aseo,
y en sus
nerviosos inicios
se le
apodera el mareo
cuando le
cuenta sus vicios.
Terminada la
función
ella coge su
cartera,
y “alabando”
su actuación
le vacía la
billetera.
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