CUANDO EL RIO SUENA
Desatiendo mi proyecto,
y susurran las malas lenguas
que anda un
corazón suelto
gozándose de
mis treguas
por ser culo
de mal asiento
Me lo tengo
merecido
porque
“cuando el rio suena”
es que viene
muy crecido
ante una
custodia tan pequeña.
Entre dimes
y diretes
mis ojos son
los que vieron
a dos copas brindar
y tirar
prendas por los suelos.
Es mi
ausencia la que hizo
decantarse a
la moneda
por el lado del
compromiso,
y por quien
más entra en vereda.
¡Si se ama es
para ejercer!
porque
siempre hay vigilantes
dispuestos a
acceder
para ocupar
la plaza vacante.
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