EL OTOÑO
Azota el
viento la tarde
y por los
suelos corren las hojas,
son del
otoño errante
de mirada
misteriosa.
La tristeza
es su alma,
y la lluvia su
devoción,
sentados
deja los días
en los
bancos de su estación.
Se levanta
sin ganas
y siempre de
mal humor
porque el
sol es agua pasada,
y su futuro nada alentador.
No le
importa desnudar
a los
arboles, sus vasallos,
dejándolos a
la intemperie
a los pies
de los caballos.
Desconfía de
crucifijos
que protegen la garganta,
y se esconde
en cobijos
por si el frio
lo adelanta.
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