domingo, 27 de marzo de 2016

EL HUNDIMIENTO

EL HUNDIMIENTO

En el vaivén de nuestro barco
te ascendí a capitán,
y te metiste en un charco
con calabozo y sin plan.

Navegando entre aventuras
y con destreza en el timón,
no mereciste el ascenso
que te dio mi corazón.

Señorita sin disciplina
que a mis órdenes estabas,
despreciaste mis galones
para atender otras llamadas.

Con el paso del tiempo
saliste del calabozo,
marcada por los galones
que te metieron en el pozo.

“A sus ordenes almirante,
sé que me hará degradar,
le quiero como le quise
y a nadie más llegue a amar.”

Quedarás en libertad
sin méritos ni medallas,
por no guardar fidelidad
a quien te quiso de verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario